domingo, 21 de marzo de 2010

La casa de los fantasmas.

El sonido del motor apagándose. La puerta que se abre. El olor de la ciudad que te invade, trayendo recuerdos de veces pasadas. Las voces que se oyen desde la calle. La alegría que se empieza a notar en el ambiente. La puerta del portal, tan pesada como siempre. Las escaleras, viejas, entrañables.El olor del rellano: a familiar, a felicidad. El sonido de la puerta al abrirse, y el de los besos sinceros. El camino que podría recorrer con los ojos cerrados, guiándome por el olor de cada habitación. La sensación de tranquilidad. Las formas que sugieren recuerdos, la cama que me ha oído soñar. Las puertas que se han cerrado con suavidad en la noche, y las que se han abierto furtivamente. El salón, lleno de fantasmas que se niegan a ser olvidados, y que viven dentro de los que visitamos esta casa. Las miradas cálidas que me observan desde las paredes, y que ya no volverán a mirar a los ojos de ningún ser vivo. El mismo baño, que acoge las llamadas a horas intempestivas, mudo y cómplice. La sensación de seguridad, de que nada malo puede pasarme mientras esté ahí. Los mismos nervios cuando sé que va a llegar en diez minutos, el mismo beso rápido, nervioso. Pero cada vez una frase más larga, una mirada más intensa. Un roce más largo. Para luego irse, otra vez, y dejarme inventando sueños, lugares, momentos. Las mismas ganas de echarle de menos. Las mismas risas, distintas bromas. Los mismos abrazos sinceros y cálidos. Distintos libros, pero las mismas posturas. Distintos recuerdos para mi cabeza, pero la misma felicidad. El mismo viaje con música diferente. El olor de los buenos momentos. La fortaleza de los que luchan cuando otros ya estarían vencidos. La felicidad que siempre se respira en la casa de los fantasmas.

domingo, 7 de marzo de 2010

Búscame.

Camino a solas por la ciudad. Despacio, no tengo prisa. A mi alrededor, los ruidos se suceden; las voces desaparecen, los coches se acercan, los tacones lejanos repiquetean contra las baldosas rotas. Gente. Gente con prisa que no mira a los lados, que no se preocupa de nadie, que no piensa mas que en el tiempo que le queda. Gente que no entiendo. Yo, que no pienso en mañana, porque todavía me quedan 24 horas por delante para disfrutar. Yo que soy feliz cuando veo a un desconocido sonreír sin motivo. Yo que me emociono con una canción y que sueño despierta si veo nevar. Yo que adoro las tardes de espera sentada en un banco. Yo que me duermo mirando la luna. Yo que vivo de emociones y me alimento de ilusiones. Yo veo demasiada gente sin sueños. Gente que en su día no quiso aprender a volar, y que por eso ahora ni siquiera puede despegar los pies del suelo. Gente que vive anclada en sus grises edificios, y que no levanta la vista mas que para ver un día también gris, y contaminado. Gente cuya única verdad es la lógica, o en su defecto, lo que le han impuesto. Gente con un espíritu gris, aburrido y programado. No caeré en esa rutina. Cuando la noche caiga, búscame. Estaré el el mismo banco, contando las mismas estrellas de todas las noches. Búscame, y volaremos juntos hasta mi mundo, que está pintado con acuarelas, y en el que el sol brilla día si, día también. Y en el que la luna esta siempre llena. Búscame, y escapémonos.

jueves, 4 de marzo de 2010

Vamos.

Cógeme a caballito otra vez. Salgamos por la noche. Pero muy de noche, ¿eh? Cuando todos duerman. Y que haya luna. Una luna grande y brillante. Da igual que llueva. Es más, mejor. Que llueva. Quiero mojarme el pelo, la cara, y que las gotas resbalen por mis pestañas, y no sepas si es que solo llueve o si estoy llorando de felicidad. Quiero que pasemos por debajo de todas las escaleras que haya en la calle. Que rompamos todos los espejos que podamos. Que abramos en mi cuarto todos los paraguas que encontremos. Quiero ver un millón de gatos negros pasando por delante nuestro. Y que juguemos a llenar de sal la mesa de la cocina, la del comedor, y la de tu habitación. Quiero pintar un 13 en tu espalda, y que pintes tu otro en la mia. Quiero que apostemos a la carta que menos posibilidades tenga. Quiero sonreir a tu lado, y que nos riamos en la cara de la mala suerte. Porque cuando se me mete algo en la cabeza, Ni ella ni nadie consigue hacerme cambiar de opinion. He decidido que voy a perseguirlo asta que lo consiga. Y últimamente se me ha metido en la cabeza ser feliz..

martes, 2 de marzo de 2010

Ya no duele.

Todas las cosas que ayer me hacían llorar. Ya me dan igual. Todas las risas falsas, y los abrazos de mentira. No me duelen. Porque he aprendido que hay sonrisas que salen desde el interior, y abrazos que transmiten el calor de un sentimiento. Porque hay te quieros que suenan mas sin pronunciarlos, y llenan mas que los dichos por decir. Porque la gente de verdad, hace las cosas de verdad, no por aparentar. Porque he decidido pintar mi cuadro para mi, no para que guste al resto. Porque voy a utilizar mis colores favoritos, no los que ellos digan que quedan bien. Porque esto es cosa mia, no suya.
Gracias, Profesor particular! ;)