lunes, 29 de agosto de 2011

Without love.

Si estuvieras aquí ahora mismo, no te diría nada. Te besaría, que es lo que hago cuando me da miedo decirte lo que estoy pensando. Te besaría, porque la sensación que intento describirte es la que siento cuando tu aliento se cuela entre mis labios. O cuando recuerdo tus manos y sus caricias cuando tú no estás.

Pero si tuviera que hablar, te contaría que me encantas. Que adoro todas y cada una de las sonrisas que salen de tu boca. Que cuando me abrazas me siento como un astronauta perdida en las constelaciones que forman las pecas de tus brazos, y es que haces que me olvide de que sigo en la Tierra cada vez que dejas que tus dedos paseen por mi espalda.

Te diría que me derrito en ese momento en el que te quedas quieto mirándome a los ojos, y sonríes. Que me encanta llegar a casa y que mi ropa huela a ti. Que me pierde ese momento en el que pasas tu brazo por mi cintura, como si fuera la primera vez, y luego buscas mi mano.

Te contaría que se me hace corta cada tarde, cada noche. Que si pudiera, me dormiría a tu lado. Que se me eriza el vello con solo recordar tu aliento en mi oreja izquierda, y en la derecha. Que no suelo decir cosas bonitas, y que a la larga me empalaga que me las digan, y añadiría en voz baja, y muy cerca de tu oído, que sin embargo me derrito con cada Princesa que escribes.

Te confesaría que me muero de ganas de ver amanecer a tu lado. Y de dormir abrazados y despertar y que lo primero que vea sea tu cara. Que consigues que sonría como la idiota que probablemente soy cada vez que alguien dice tu nombre. Que me encanta la forma que tienes de guiñarme un ojo cuando menos me lo espero. Que quiero que nuestra lista de excusas ocupe hojas y hojas, porque no quiero dejar de verte.

Te diría que quiero hacer mil millones de cosas contigo, que quiero que hagamos locuras, y que el tiempo no sea importante. Que me encantaría que superásemos miedos juntos. Que quiero pasear por cualquier lado, que cantemos canciones. Quiero que sonrías y ser yo el motivo. Quiero perderme en tu olor, enredarme entre tus piernas y besarte bajo el agua de la ducha. Quiero hacerte el amor despacio.

Quiero tener mil recuerdos protagonizados por ti, aunque me de miedo que algún día sean solo eso, recuerdos. Y es que si soy tan borde, y tan rancia, es por miedo a dejar de serlo. Por miedo a que seas importante. Miedo a que llegue el día en que me preocupe no volver a besarte. Pero ¿sabes qué? Ya ha llegado ese día. Y estoy aquí, en medio del silencio y de la madrugada dedicándote letras. Y me da un miedo enorme. Y me haré daño. Pero me da igual. ¿Sabes por qué? 'Cause I'd rather feel pain that nothing at all

Si te interesa.

Te aviso con antelación, para que luego no te asustes. No venimos con manual de instrucciones, pero intentaré ayudarte por si decides quedarte por aquí más tiempo. Verás, soy más simple de lo que piensas, pero a la vez más complicada de lo que imaginas. Me gustan las cosas sencillas. No me gustan los dobles sentidos, a no ser que su finalidad sea rodar por una cama, envuelta en olores ajenos, y enredada en otros brazos, preferiblemente los tuyos. No me gusta preocuparme por las cosas, no entiendo el afán por pre-ocuparse, para luego volverse a ocupar. No me gusta que me digan lo que he de hacer, lo que debo sentir, o lo que tengo que pensar. Puedo amar algo con todas mis fuerzas, pero si me obligas a hacerlo, acabaré odiándolo. Aborrezco la palabra Adiós, porque me suena a definitivo. Y tampoco me gusta lo que implica la palabra Definitivo, porque las cosas y las personas, quieras o no, cambian. A mejor o a peor, pero cambian. Todo lo que vive cambia. Y si no cambia, es que está muerto. Es sencillo, ¿no crees? No me gusta etiquetar cosas, ni situaciones. Y tampoco me suele gustar generalizar, pues cada persona, y situación, es un mundo. Respecto a los problemas, aplico la frase: "Cuando un problema no tiene solución deja de ser un problema, para ser algo con lo que tienes que vivir." Mis problemas forman parte de mi, de mi mundo. No te preocupes por ellos, ellos no se preocupan de ti. No me gusta contar mis cosas, aunque te agradeceré que me escuches si algún día lo hago, porque será que ya no puedo callarme más. Pero no quiero que me des soluciones, que créeme que habré valorado mil y una vez las opciones que tenía. Solo te pediré que me escuches, que me abraces y me digas que todo va a ir bien. Soy cabezota, indecisa, inconformista, borde, rancia, y por lo general bastante sarcástica. Prefiero que me amputen una mano a decir algo agradable sobre alguien, así, sin más. Pero si eres capaz de aguantar, y tienes la paciencia necesaria, descubrirás que aquí dentro, hay más sentimiento del que te imaginas. Que detrás de todas estas hormonas alteradas, hay historias que no te dejarían dormir, y manos que te acariciarían la espalda hasta que consiguieses hacerlo.

martes, 9 de agosto de 2011

Sin pausas.

Escribo sin comas porque así es todo cuando pienso en el y la mente se me colapsa para dar paso a la confusión y acuden las palabras tímidas al principio pero raudamente al final a rendir homenaje a esos dos ojos azules cuya profundidad hace competencia a todos los océanos que cubres este planeta llamado azul y hacen que a su lado parezcan piscinas de esas que brotan en los jardines de las casas con niños pequeños en verano y me invitan a nadar en ese azul tímido pero sincero y besar cada una de las lágrimas que han caído por mi culpa hasta no poder mas y caer rendida en sus brazos que me sujetaran entre caricias sin fuerza para que pueda irme cuando lo necesite pero con firmeza para impedir que caiga en el abismo de mis dudas si me encuentro sin rumbo y me envuelven las sombras porque se que me iluminará hasta la noche más oscura con faros de sonrisas y como no sabe pintar dará forma con las cuerdas de su guitarra a millones de estrellas que destierran la oscuridad para siempre y yo por mi parte que solo se vivir entre líneas y leer en cualquier lado le regalaré mi vida en palabras escritas rápidamente a la espera de un autobús que me aleje un poco más de el y le pensaré día y noche al escuchar los acordes de las canciones que serán siempre suyas y de nadie más sin importar que bocas las canten y que yo tararearé sin darme cuenta pero sin hacer nada por evitarlo y sangraré palabras por las heridas que me causa cada beso no dado y cuando le vea le cobraré en caricias el alquiler de mi corazón pues lleva viviendo en el demasiados meses y tiene una deuda enorme que saldaremos los dos cuando nuestros odiados trescientos desaparezcan por fin y nos dejen querernos como solo nosotros sabemos pero la distancia nos impide y todo desaparecerá porque llegaré y le besaré y desembalaré cada palabra que me he callado estos años y que traen tanto sentimiento de relleno que me pesará y me partirá la espalda pero lo aguantaré por el al igual que el aguantará mi indecisión y mis manías y aguantará mis malos días y las dudas que me entren cuando no me mire y recuerde otras manos pero aguantaré y aguantará porque lo que nos une es más grande y más fuerte que todas las distancias que nos separan porque da igual lo enorme que sea el abismo que si estamos juntos lo saltaremos los dos y le dará miedo a veces y negará su nombre diciendo que es uno más y yo sonriendo le enseñaré cada palabra que escribí pensando solo en él y le besaré y le contaré otra vez todas las veces que he abrazado a mi almohada pensando que era él y sonreirá un poco menos preocupado y yo seguiré recorriendo cada centímetro de su espalda con los dedos mientras enumero cada día que le eché de menos a mi lado y cada abrazo que guardé en un cajón por no poder dárselo y se los daré todos de golpe para que vea que me importa y que no es solo una letra más como tanto le asusta pensar y me quedaré a su lado el tiempo que haga falta hasta que llegue el día en que se canse de mi poesía y vuele alto y lejos dejándonos a mi y a mis versos echándole de menos y queriéndole sin remedio una vez más.