Y no quiero caer en reproches,
porque ni la culpa es tuya,
ni la culpa es mía.
Me besas y no quiero morirme en tus labios, no sé, no hay pasión.
(Eso cuando nos besamos, claro)
Ya no me olvido de mi nombre cuando me besas
en ese hueco que hay entre mi cuello y la oreja.
Ni me muero cuando tu piel desnuda toca la mía.
Ahora preferimos no dormir abrazados
porque nos damos calor, cuando hace años
nos daba igual si era invierno o verano,
y solo queríamos estar juntos, ser un solo abrazo.
Se nos acabó la magia.
Y la pasión.
Y solo queda el cariño, la confianza y el respeto.
Se nos acabó el amor.
No sé si de tanto usarlo,
o de no cuidarlo.
De dejar de hacerlo.
De dar por sentado que las cosas vienen sin que tengas que preocuparte.
El caso es que se fue.
Al final no fue la distancia la que se lo llevó.
(Fue la cercanía)
El no echarnos de menos.
El acostumbrarnos a querernos,
pero no esforzarnos por hacerlo.
Al final fuimos nosotros quienes lo espantamos.
Y solo quedo amistad.
Pero no puedo seguir haciendo el amor
a alguien que nunca me ha dicho "Te amo"
No puedo seguir entregándote mi vida
porque a estas alturas supone dejarla vacía
No sé donde esta la ilusión que antes nos encendía,
supongo que en un cajón, llena de polvo, escondida.
Esperando otras manos, otros besos, o simplemente,
otra melodía.
Una nueva vida.
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