domingo, 30 de noviembre de 2014

Domingos.

Los domingos contigo eran días de besos y abrazos. De mimos en la espalda.

De intentar dormir hasta tarde pero que tú me despertases pronto. Y yo engañarte y volvernos a dormir. De levantarnos y desayunarnos. Y luego desayunar. Los domingos eran días de churros. Morenos y con azúcar para ti, y medio crudos y sin nada para mi.

Los domingos eran días de comer  tarde, y echar la siesta. Y a veces incluso dormirla. De querernos mil veces en el cuarto, y de abrazarnos una película en el sofá.

Los domingos eran días de despedidas de mentira, y de besos de verdad. Los domingos a tu lado eran menos domingos y más sábados.

Ahora son domingos de recordar.






Los domingos dan asco desde que te has ido.


sábado, 29 de noviembre de 2014

A veces.

A veces sonrío. Me río y le olvido.
Y a veces echo de menos sus abrazos.

A veces soy fuerte, valiente.
Y a veces cimbreo, me quiebro y me parto.

A veces estoy convencida de que es mejor así.
Y a veces me siento sola y entonces le extraño.

A veces me salen alas, y quiero echar a volar.
Y a veces siento que no se andar desde que él no me coge la mano.

A veces me parece que no duele.
Y es que a veces no soy capaz de recordar lo malo.



martes, 25 de noviembre de 2014

TODO

Te lo habría dado todo.
Mis mejores años, mis peores ideas, mis mayores logros, y mis pequeños gestos.
Te habría dado la luna solo por verte sonreír,
Te habría dibujado sueños en la espalda cuando no pudieses dormir.

Te lo habría dado todo.
Los buenos días, las buenas tardes y las mejores noches.
Cada "te quiero" que saliera de mis labios y todos los besos que fuera capaz de dar.
Todos los versos que me cupieran en el tintero.

Te lo habría dado todo.
Habría mantenido cada rayo de sol en mi piel y te la habría ofrecido después, para que tus noches fueran menos frías, y más brillantes.
Habría escondido todas las estrellas para que nada brillara más que tus ojos.

Te lo habría dado todo.
Te habría dado mis días, y mis noches en vela. Te habría dado mi vida.
Te habría dado mis caricias, mis historias y mis sueños. Te habría dado mis miedos.
Te habría regalado mis secretos cada noche,  mi sonrisa cada día y mis labios cada hora.

Te lo habría dado todo.
Si alguna vez me lo hubieras pedido.

martes, 4 de noviembre de 2014

Estabas dormido

Te acaricié.
La cabeza, la cara, el cuello, la espalda.
Y lloraba.
Porque igual era la última vez.