domingo, 30 de noviembre de 2014

Domingos.

Los domingos contigo eran días de besos y abrazos. De mimos en la espalda.

De intentar dormir hasta tarde pero que tú me despertases pronto. Y yo engañarte y volvernos a dormir. De levantarnos y desayunarnos. Y luego desayunar. Los domingos eran días de churros. Morenos y con azúcar para ti, y medio crudos y sin nada para mi.

Los domingos eran días de comer  tarde, y echar la siesta. Y a veces incluso dormirla. De querernos mil veces en el cuarto, y de abrazarnos una película en el sofá.

Los domingos eran días de despedidas de mentira, y de besos de verdad. Los domingos a tu lado eran menos domingos y más sábados.

Ahora son domingos de recordar.






Los domingos dan asco desde que te has ido.


No hay comentarios:

Publicar un comentario