Leí hace tiempo que el ser humano tarda 21 días en acostumbrarse
a algo e incorporarlo dentro de su rutina.
Así que me digo que todo va a ir bien, y que solo necesito
que pasen 21 días para que deje de doler.
Para
acostumbrarme a que no haya mensaje de buenos días. Ni de buenas noches.
-Ni de nada.
Me repito que en 21 días habré aprendido a vivir sin ti. A
aceptar que ya no estás en mi rutina, y que aunque me cueste la vida, yo ya no
soy parte de la tuya.
Me intento convencer de que dentro de 21 días, ni uno más ni
uno menos, dejaré de tender lágrimas en mis pestañas y llamarlas por tu nombre.
Que si aguanto 21 días más, dejará de dolerme ver tu nombre
escrito en el calendario, y no se me romperán las entrañas al ver tu cara en
alguna foto.
21 días. Solo tengo que ser fuerte 21 días más, y todo habrá
pasado. No buscaré tu nombre en cada bocanada de aire, ni me sangrará el
corazón cuando no haya respuesta.
Solo 21 días.
Pero lo cierto es que desde que te fuiste han pasado ya
3 meses, 6 días, 5 horas, 27 minutos y 19 segundos
20
21.
No hay comentarios:
Publicar un comentario