domingo, 28 de noviembre de 2010

Vívela.

Aunque sería más cómodo, la vida no es una película.
No hay guionistas, ni nadie que se preocupe de que todo esté bien. No hay botones de PAUSE, ni podemos rebobinar. Ni siquiera eliminar escenas. Y por supuesto no hay una banda sonora que nos acompañe donde quiera que vayamos.
No hay dobles que vayan a pasar por las escenas que nos resulten desagradables, ni se va a acabar todo con un "Corten!". Aquí tienes que ser tu el que se enfrente al día a día.
Y puedes hacerlo de dos formas..
Puedes deprimirte, y llorar en un rincón, limitándote a pasar, sin pena ni gloria por este mundo. Lamentándote por cada herida, o por cada tiempo pasado. Puedes vivir con miedo a un nuevo día. Eternamente, todos los días de tu vida.
O puedes vivir tu propia película. Aunque tengas que volver y revivir todas esas escenas que eliminarías. Aunque el recuerdo de unos ojos te atormente toda la vida y no te deje dormir. Aunque sepas que has cometido mil errores. ¿Que más da? Si te caes mil veces, tendrás que levantarte mil y una. Y sequir. Y lamerte las heridas sin mirar atrás. Nadie dijo que fuera fácil. Ni que hubiera solo un intento.
Aprovecha. Arriésgate, equivócate, es tu momento.
Es tu vida, y aunque no sea una película, es tu historia.
Vívela.

viernes, 10 de septiembre de 2010

From USA, with love.

Cuando los minutos se hagan horas, y los disfrutes segundo a segundo, y a los seis dias tengas la sensacion de llevar un año entero viviendo aqui. Cuando eches de menos lo que esta a 5.57O kilometros, y comiences a darte cuenta de que tambien echas de menos a quien esta a tu lado. Cuando descubras amistades que nunca sospechaste. Cuando te sientas importante. Cuando cada mañana sea toda una aventura, a la que te lanzas a las 6, medio dormida pero con todas las ganas del mundo y el pelo aun humedo porque te acabas de duchar. Cuando tengas la energia suficiente para aguantar 18 horas seguidas, viendo cosas sin parar y comiendo pizzas de queso. Cuando te haga ilusion tener un billete de algo menos que un euro. Cuando desayunes a las 6 y media, comas a las 1O.3O, y cenes a las 8. Cuando tengas las hormonas alteradas hasta limites insospechados. Cuando tener conversaciones extrañas sea algo normal. Cuando no entiendas lo que pasa a tu alrededor y te des cuenta de que realmente te da igual. Cuando comas chocolate aun sin gustarte, por que te has dado cuenta de que te gusta. Cuando te armes de valor y pruebes alubias verdes semi crudas, cosas llenas de queso, y bizcocho. Cuando te sientas feliz. Cuando tengas ganas de cantar una cancion que estas escuchando en un movil ajeno, y lo hagas en un autobus de 14 personas. Cuando asumas que eres perfecto, y que hay mucha zorra suelta. Cuando en contra de tu voluntad, dediques tu tiempo a cosas o gente que no deberia merecerlo. Cuando ni tu sepas que haces. Cuando descubras, que realmente, te da igual. Cuando solo quieras vivir el dia a dia. Cuando disfrutes cada segundo como si fuera unico. Cuando no entiendas las palabras y sonrias esperando que no sea una pregunta. Cuando alguien te sorprenda con una frase en ingles, un abrazo o un beso en la mejilla, y en contra de lo que cabia esperar, tengas ganas de devolverselos. Cuando quieras vivir aqui. Cuando sientas que vives en una pelicula. Cuando creas que todo es perfecto. Cuando los niveles de optimismo rocen la ilegalidad. Cuando te pase todo esto, y solo entonces, podras sentir una infima parte de lo que yo siento.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Lo siento.

A veces es alguien en quien nunca te hubieras fijado. Alguien que, hasta el momento, no sabias que existía. Otras, eres tú quien lleva buscándolo días, meses, e incluso años. En algunos casos, incluso te dicen que llevaban esperando ese momento desde hacía un año. Luego es siempre lo mismo. Al principio, la ilusión, los cosquilleos en el estómago. Las llamadas, los mensajes. Los comentarios, los te quieros. El pensar que va a ser así siempre. Entonces, uno de los dos se involucra demasiado. A veces tu, a veces la otra persona. En ambos casos es igual de incómodo. En ambos casos, te hacen, y haces daño. Pensando en tu caso concretamente, te hice daño. Mucho. Pero también me lo hice a mi. Cada vez que me mirabas como si fuera la cosa más bonita que habías visto nunca, cada vez que me abrazabas. Cada una de esas veces temí romperte el corazón. Cuando dijiste que me esperarías siempre. Cuando descubrí que yo no sería capaz. Ahí temí por ti. Me lo diste todo. Y más. Y yo no supe darte nada. Te quise egoístamente. Resulta curioso. Creo que a pesar de todo nunca te pedí perdón. En parte creo que fue suficiente castigo para mí hacerte llorar. Pero aún así, perdón. Por haberte conocido. Perdóname por entrar en tu vida. Por quererte. Por hacer que te sintieras agradecido, como si fuera lo mejor que te había pasado. Por ser contigo como ellos habían sido conmigo. Por dejar que te enamoraras de mi. Perdón por no enamorarme yo. Por besarte. Por dejar que me dijeras "te quiero". Por no valorarte. Por hacerte daño. Perdóname por darme cuenta de todo ahora. Por no haber sabido verlo antes. Por tener que esperar aquel día a que me dijeran: ¿que pasa?. Por valorar todo lo que hacías por mi. Perdóname. Pero es que he visto una foto, de los dos, de cuando todo era bonito. Y no he podido evitar recordarte. Recordar tus tonterías, tus miedos, y tus besos. Esa forma tan especial que tenías de comerte los cordones de las sudaderas. La forma en que me abrazabas cuando los demás se quedaban dormidos y eramos los reyes de la noche. Las broncas por querernos. Nuestra amiga la rubia. Demasiadas cosas. Gracias por todo. ¿Sabes? Tal vez lo escribo aqui porque se que no vas a leerlo. Que jamás te vas a dar cuenta. Tal vez sea mejor así..



lunes, 5 de julio de 2010

Ella una vez más.

Se declaró a partir de ese mismo momento, en huelga de inútiles. En huelga de cosas que no la llenen, que la hagan sentir mal, o que no tengan sentido. Que de toda la vida le han dicho que mejor sola que mal acompañada, y es hora de hacerlo. Que ha entendido que no tiene por que dar las gracias si alguien la cuida. Porque ella se merece a alguien que la trate como es debido. Que nunca va a estar sola, pero si se empeña en buscar deprisa las cosas, se volverá a equivocar. Nunca va a faltar gente que esté ahí. Y lo sabe. Y ahora, ahora que es capaz de escuchar todas esas canciones de Scorpions sin romper a llorar, ahora a llegado el momento de volver a reinventarse. De ser consciente de que volvería a caer pero no lo va a hacer. Que no puede, ni quiere perder sus días besando sapos. "Que ya estaba hasta las tetas de poetas de bragueta y revolcón" Que se ha cansado de perder, y como a cabezota no la gana nadie, ha decidido que no se vuelve a equivocar ni una sola vez más. Que no vuelve a hacer nada que la deje a medias. nada en lo que no pueda entregarse del todo por miedo a no ser correspondida. Nada en lo que tenga miedo a ser juzgada y dañada. Que no se vuelve a enamorar. No de quien no se lo merezca. Ella sabe que todo lo que ha pasado, lo que está pasando, sirve para hacerla más fuerte. Que todas las lágrimas que han mojado sus mejillas, y aquellas que no ha podido llorar, la han echo un poco más grande, un poco menos débil. También sabe que hubo locuras que merecieron la pena. Que hubo gente que la robó el corazón. Y que todos aquellos que lo consiguieron, siempre tendrán un cachito reservado ahi dentro, en el que guarde un buen recuerdo: aquel primer beso robado. Aquella dulce cuenta atrás en forma de chupa chups. Aquellas promesas de felicidad, aquel vuelco al corazón al oir detrás de su oreja la voz que creía perdida en la distancia. Aquel muchacho que lloró cuando la dijo "te quiero", y luego la abrazó cuando despertó sobre su pecho en mitad de aquella noche. Aquellas tardes perdidas del mundo, en la que cualquier excusa tonta era válida. Aquellos negocios que nadie entendió jamás, pero eran tan importantes. Incluso la última felicidad, que resulto ser fingida. Todos y cada uno de esos recuerdos, todos los ojos que se escondian tras las palabras, todos la han dado un poquito. A todos debe momentos de felicidad, y valiosas lecciones de lo que es amar. Ha aprendido a entregarse, a aguantar, a no depender, y a darlo todo. Ha aprendido que distintas lenguas se entienden en el mismo idioma. Gracias en parte a todos ellos, se ha dado cuenta de que merece a alguien como ella quiere. Sabe que en algún lugar, debajo de alguna piedra, espera Él. El que la hará soñar, reir, y sentirse única. El que sabrá cuando ser dulce, y cuando perderse. Que lo encontrará. Y esta noche, si pudiera dormir, se dormiría con una sonrisa en los labios, orgullosa de si misma, consciente de que esto es a lo que llaman crecer.

domingo, 27 de junio de 2010

Estimado Señor Destino:

Me gustaría decirle de la forma más políticamente correcta, que se vaya a tomar por culo. Que me saca usted de quicio. Que estoy hasta las tetas de andar por la calle y que el aire me traiga su olor. O pasear, habiendo conseguido dejar de pensar en él y que suene la maldita canción que me recomendó. O que su nombre tenga que aparecer siempre ahí. Que ya me he cansado de usted. Por que ya no sé a que aspira su señoría. Ni que quiere decirme. Ni nada. Que si ha venido solo a ponerme las cosas más difíciles, no venga, quédese en casa, o vaya a buscar a quien crea en usted y pretenda hacerle caso. Porque hasta aquí hemos llegado, ¿eh?. Así se lo digo. Que no piense que va a manejar mi vida. Que yo no soy una marioneta. Ni de usted ni de nadie. Que nunca me ha servido la frase de: Es el Destino. Y es que Usted y Dios son cosas en las que nunca he confiado. Yo no creo en Usted. Desde que tengo uso de razón, siempre he creído que no puedo quedarme sentada esperando y decir: El Destino decidirá por mi. Para nada. Si algo he aprendido es que si quieres algo, tienes que sudar, sangrar y dejarte la piel hasta conseguirlo. Que nunca te va a venir dado. Así que disculpeme otra vez, pero le repito que estoy hasta las narices de usted. Que se vaya a tomar por culo, por favor. Que estoy harta de que se cebe conmigo cuando menos se lo piden. Muérase un poco más. Al menos en lo que a mi respecta. Que si he estado luchando por no depender de nadie, no va a venir usted ahora a arruinarme todo el trabajo.
Hasta nunca.

martes, 22 de junio de 2010

Eres tú.

Una vez más no se como hacerlo. Como volver a darte las gracias por todo esto.

“Esto” empezó hace relativamente poco. Nunca podrás decir: somos amigos de toda la vida. Pero te aseguro que me has dado más en un año y poco que mucha gente en mucho más tiempo. Eres todo lo que me merezco, y mucho más. Eres risas, pero también eres apoyo. Eres locura, y eres madurez. Eres todo, y eres más.

Eres el que aguanta mis paranoias más bobas, mis arrebatos más estúpidos. Pero también el que ríe mis gracias menos graciosas, y mis locuras menos normales. Eres el que hace que me sienta cómoda, y que me muestre como soy. Eres el que lee lo que escribo y siempre tiene un halago para mí. Eres el que hace que sonría si sonríes tú. El que dice que salgo bien en las fotos aunque sean horribles. El que sonríe y dice: todo va a ir bien. El que me ve “llorar” y me abraza. El que hace que me sienta protegida, que nada malo va a pasar, aunque cuando te vayas todo vuelva a derrumbarse. Eres eso que sale por las mañanas y me recuerda que debería ser feliz. Eres mi mejor amigo. Eres el que antepone mi felicidad al resto de cosas, aunque ni yo misma lo haga. Eres el que me dice que soy especial. El que me va a comprar la casa, el coche, el novio, y la Play 3 con el juego del oso. Eres el que me hace fotos a traición. Con el que voy a destruir el mundo. El que estudia tan poco como yo. El que me gana a la brisca. Al que le debo collares. El que cuenta las horas y los minutos. El que hace que de cada día guarde mil momentos buenos. Al que le escribo recuerdos. El que escribe sonrisas. Eres uno de los motivos por los que sigo adelante. El que me reconoce logros que nadie más reconoce. El que sonríe si me ve sonreír. El que hace todo lo posible por que lo haga si estoy seria. Al que pongo en mis redacciones de inglés. Eres el que me hace cantar canciones de los Beatles. Al que torturo los oídos con mi música. Eres mi celestina particular. Mi hado madrino, y mi ángel de la guarda. El único que ha creído en mí Siempre. El que nunca me ha fallado. El que hace que olvide las cosas malas. Eres que me lleva a un campo lleno de pulgas y garrapatas, y consigue que me tumbe y sonría. El que cuenta aviones conmigo. El que me lleva en bici hasta el fin del mundo. El que secuestra a mis problemas cada vez que me lleva con él. Eres el que dice que estoy borracha cuando no lo estoy. El de los abrazos que me levantan por los aires, y me rompen las costillas. El que se hace 30 km y me hace llorar de felicidad en año nuevo. Eres el de la lista de cosas por hacer. El de la corbata de los chinos en la cabeza para hacerme sentir menos ridícula. El de: “yo nunca hago nada por ti”. Eres el que se equivoca, porque hace por mi más que nadie. El que siempre tiene un rato para leer la cuerda. Eres que se merece todo y más. El único que sabía donde acabar de leer mi tablón, y el único que se lo merece. El que siempre me va a tener a su lado. Al que quiero con locura. Al que una vez más, tengo que dar las gracias por todo. Eres el mejor, aunque suene a tópico. Eres una de las piezas clave de mi vida. Eres con el que pasaría horas y horas. Eres Todo. Y eres más. Eres genial.

Eres tú.

lunes, 21 de junio de 2010

Locura de soledad, embriaguez de malestar.

Y como lo único que tengo de ti es tu olor, decido hartarme de todo, vaciar mi memoria de pensamientos, y encerrarme en el baño antes de que corran tras de mi, persiguiéndome. Y llenar la bañera de agua, y echar jabón de ese que huele tan bien. Desnudarme despacio, sin prisa. Notando como se me eriza la piel por el frío. Meter un pie. Luego el otro. Tumbarme dentro del agua caliente. Y como no estás, ni aquí ni en ningún lado últimamente, para hacerme sonreír, ni nunca me has dicho que todo va a ir bien, decido olvidarlo y hacerlo yo sola: Construyo un castillo con pompas de jabón, y lo decoro con reflejos de los colores del arcoiris. Me corono con la espuma y me hago un vestido a juego. Y me invento un salón de palacio, y una fiesta en la que solo bailo yo. Y sonrío, ingenua y feliz, sin recordar los problemas que golpean la puerta del baño. Me refugio en mis castillos de espuma, en mis príncipes que nunca existieron, y en mis solitarios bailes de salón. En la luz que entra tímida por la ventana, arrancando destellos multicolor a mis burbujas. Y me da por coronarme reina de mi propio mundo, uno en el que pueda ser feliz sin pensar que hoy tampoco vas a llamar, ni vamos a hablar si no soy yo quien da el primer paso. Me da por ser feliz sin ti. Aunque solo sean 5 minutos. Aunque sepa que las pompas que flotan en el aire acabarán por explotar, y que la espuma será reducida a una ilusión por el agua. Que el agua se quedará fría. Aunque sepa, que, en otro arranque de idiotez, volveré a llamarte yo. Y a pedirte perdón por no ser perfecta. Aunque sepa que no lograré entenderte, que volverás a decirme que no puedes. Que en cuanto abra la puerta, mis problemas me abrumarán, si piedad, de golpe. Aunque sepa que esta noche tampoco podré llorar, aunque quiera. Que no me dirás que me quieres. Pero aun con todo, me armo de valor, me pongo mi mejor sonrisa y decido que me da la gana sonreír, y cantar solo para mi, mientras nadie baila en mi castillo. Mientras las pompas de colores son las únicas testigos de mi locura de soledad. De mi embriaguez de malestar. Del embrujo que me invento para poder sonreir. De los cuentos que me cuento para no pensar en ti..

lunes, 14 de junio de 2010

Impotencia.

Es como cuando estas en la parada del bus, llueve y llega con retraso. Te gustaría gritarle a ese desconsiderado autobús que venga de una vez. Que si no viene ya, cogerás otro. El primero que pase. Sabes que no es cierto, porque ese es el único autobús que te lleva a tu destino, pero aun así, te gustaría gritarlo. Pero te da lo mismo: sigues mojándote, y esperando. Hasta que venga. O hasta que decidas ir andando.
Es algo parecido. Creo que ya me he acostumbrado a que no llames nunca. A que no contestes a los mensajes. A ser yo la que de siempre el primer paso. A las escusas que tal vez no lo sean. A respetar tu apatía, tu falta de interés y tu desgana. A intentar sonreír aunque esto vaya cada vez peor. A justificarte delante de medio mudo, y delante mío. A inventar realidades paralelas que lo hagan todo más fácil. A tus cambios de humor. A esas cosas que no entiendo. A justificarlo todo con un: se le pasará. A aguantar como una campeona que pases a mi lado y la única muestra de que hay algo entre nosotros sea un roce, a veces ni siquiera una mirada. A hacer de tripas corazón una vez más, y decirte que te echo de menos, o que te quiero, para que me contestes un: "quejica :P". A repetirme que todo saldrá bien aunque no me lo crea ni yo. A sepultar a esa parte de mi que me repite que no me merezco esto. La que dice que puerta, que no tendría que aguantar más. Y a hacer caso a esa que dice que igual soy yo la que lo saca todo de quicio, y la que pide más de lo que debe. A no saber nada, y a pasar de todo. A llorar hacia adentro, que para afuera no sirve de nada. A tener los cojones, aun con todo, de mandarte otro sms por la noche, diciéndote que te quiero. Y a dormirme, sin que me hayas contestado, sabiendo que ya no vas a hacerlo, pero con la tonta esperanza de que lo hagas.

miércoles, 9 de junio de 2010

Anunciado en el espejo.

Querida yo:
Alguien tenía que decirtelo. No puedes seguir asi. Hoy es otro día de esos. Otro día gris. Las mismas miradas falsas pintan la mañana. Los mismos desprecios de siempre tiñen las nubes. Las mismas risas fingidas, y las mismas palabras envenenadas a la espalda caen con la lluvia. La misma sensación de impotencia. De que no puedes hacer nada sin la falsedad que reina en el ambiente. Que si eres de verdad no tienes lugar aquí. Que si sabes pensar independientemente, eres inferior. Que si no quedas bien con todo el mundo, o eres popular, no hay sitio para ti. Porque es lo que se lleva ahora: Decir al todo el mundo "Te Quiero" sea o no cierto. Decir los mayores piropos a la cara, y después dar la espalda. Que ya no importan los amigos de verdad, solo los que te dejan comentarios en tu muro. Y si no eres así, te hacen sentir menospreciado, no a la cara, por supuesto. Pero lo hacen. Pero tanta hipocresía también tiene su lado bueno. Te das cuenta de la gente que hace las cosas de verdad. La gente que se acerca por detrás, cuando no la ve nadie, y te da un abrazo. La gente que te pregunta que si ya sonríes, o los que hacen lo imposible por encontrar tus dientes. Los pequeños detalles a los que no das importancia y son los que mayor relevancia tienen. De que es verdad eso que dicen, de que no importa lo fuerte que te golpeen, que lo importante es saber levantarte. Que si te quedas sentada viendo llover tristeza, al final te ahogarás. Pero si te agarras a las pequeñas alegrías, a los buenos momentos, por pequeños que sean, estarás siendo fuerte. Que cuando no puedas más, toma aire y métete hasta en fondo de la corriente. Alguien me dijo una vez que cuando estás en el fondo, solo puedes hacer una cosa: Subir. Pues bien, hazlo. Sube, y nada hasta la orilla. Y una vez ahí, hazte con el pincel más grueso, y con la paleta que más colores tenga. Y pinta tu vida como quieras. Que para algo es tuya. Que si dejas que otros lo hagan por ti, estarás viviendo una vida ajena. Ármate con tu mejor sonrisa y plántale cara a todo. Que tu puedes. Y sobre todo nunca pierdas la esperanza. Porque tarde o temprano, el SOL volverá a salir.

martes, 8 de junio de 2010

.. y cuenta nueva.

Decidió que había sido la primera vez. Que era algo nuevo, y por tanto, desconocido. Y así fue como Ella, que tanto había vivido, empezó de nuevo. Olvido todo el dolor, todas las lágrimas y las penas. Las metió en una caja, la subió a lo más alto del armario, y decidió olvidarse de ella. Y esa fue la primera tarde que la besaron. La primera vez que alguien la abrazó, enterrando la cara en su pelo. La primera vez que paseo de la mano. La primera vez que alguien beso su cabeza mientras andaba. O que la cogieron de la cintura. Fue la primera vez que se ruborizó. Que se perdió en unos ojos ajenos. Y que se perdieron en los suyos. La primera vez que la susurraron palabras de esas que ya nadie dice. La primera vez que alguien la hizo sentir especial. La primera vez que sintió mariposas en el estómago. Que quiso que se parara el tiempo. Que sonrió con esa sonrisa estúpida que delataba lo que llevaba por dentro. Que tuvo ganas de gritar a los 4 vientos un "te quiero". La primera vez que un roce la hizo estremecerse, y que alguien escondió besos en su cuello. Que no la importó hacer algo que no la gustara, con tal de estar con El.. Que se enamoró.

domingo, 23 de mayo de 2010

Había una vez..

Una niña pequeña. Vivía feliz, en su mundo, con su gente. La gustaba sonreír y sentirse querida. Se quería. Y creía que los demás también debían quererla. Pero se cansó de esperar que alguien se lo dijera, y pensó que tal vez no lo merecía. Un tiempo después empezaron a pasar cosas en el mundo de esa niña. El suelo temblaba a veces, y se acercaba peligrosamente a ella. Había manos que la hacían caer y llorar. Palabras que la hacían sentir mal. Que hacían que llorase de noche en su cama, con el único consuelo del abrazo de su almohada. Era demasiado pequeña para llorar, y sin embargo, lo hacía continuamente. La niña fue, poco a poco, volviéndose cada vez más insegura. Dejo de creer en si misma. Creció. Y siempre necesitó que la gente le dijera las cosas buenas. Pero no siempre se las dijeron. Creció, pues, sumida en la inseguridad, en el temor a fracasar, en el miedo a fallar a la gente que quería. Miedo a no ser capaz de hacer las cosas bien. Miedo a no tener nada bueno que ofrecer. Miedo a no ser feliz. Se sintió caer miles de veces. Y no siempre hubo gente ahí abajo para recogerla. Siguió creciendo. Siguió teniendo miedo a sonreír, a la felicidad, o más bien a que se acabara. Llegó a esa época de la vida en la que nada tuvo sentido. En la que se planteó todo lo planteable. Y decidió seguir para adelante, porque no había más opciones. Siempre echó de menos palabras, besos y canciones. Nunca se la dio bien ir de rompe corazones. Siempre fue más bien sencilla. La gustaban las cosas simples, decir las cosas como las pensaba. Y no entendía porque la gente se calla las cosas más importantes. Y sigue sin hacerlo. Hoy es mayor. Tiene su vida, su gente, su mundo. Pero bajo la apariencia de seguridad y control que da, debajo de su mirada tranquila, y a través de sus palabras mesadas, sigue viviendo esa niña pequeña. Y por eso, por las noches, vuelve a abrazarse a la almohada y a llorar. Sigue siendo esa niña pequeña con miedo de sonreír. Esa niña bipolar, que tan pronto tiene ganas de mandar a la mierda lo que no la gusta, y quedarse con las cosas buenas, y ser feliz, como se da cuenta de que no puede, de que no es lo suficientemente valiente como para hacerlo. Esa niña que a veces tiene miedo y otras salta de alegría. A veces en los mismos 5 minutos. Esa niña que siempre se empeña en olvidar las cosas buenas y mira siempre el lado negro. Esa niña que, a pesar de todo, sigue teniendo miedo a ser feliz.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Y punto.

Yo ya no me hundo como antes, ¿sabes?. Por supuesto que lo sabes. Ahora, gracias a ti, se buscar puntos de apoyo, por pequeños que sean, en cualquier lado. Gracias a ti.. ¿Sabes todo lo que te debo? Te debo un millón de sonrisas, y otro medio de buenos recuerdos. Te debo lo que soy, que si sonrío un poco más, y soy un poco menos dura conmigo misma, es gracias a ti. Te debo tener menos miedo a ser feliz, ser un poco más valiente. ¿Sabes porqué? Porque ahora no tengo miedo a casi nada. Porque soy tan egoísta que creo que pase lo que pase, vas a estar tu ahí, con tu sonrisa de siempre, y tus abrazos cura-todo. Porque realmente no sé si soy egoísta o no, tal vez si, pero me haces sentir segura. Como que cuando estoy contigo se para el tiempo, y por un momento no hay problemas, ni preocupaciones. Que creo que podría tirarme una tarde entera en ese sitio, mirando los aviones desaparecer tras la montaña. Simplemente existiendo. Contigo. 2.50. Y lo sabes. Que ya no sé como decírtelo, y que cuando me he puesto a escribir esto, he pensado en porqué no lo había echo antes. Que eres importante. Mucho. Que si tu estás mal, me preocupo por ti, porque no lo soporto, porque no te mereces nada malo. Nada. Porque alguien como tú, que solo da cosas buenas a quien le rodea, se merece lo mejor. Y yo quiero que tengas lo mejor, y aún no sé como, pero cuando lo adivine, ten por seguro que lo tendrás. Porque si. Porque para ti, la luna es poco. Porque te mereces todas las lunas, todos los soles, y todos los satélites y astros del universo. Que es que genial es demasiado corto para definirte. Que podría tirarme horas y horas hablando bien de ti, y no encontraría cosas malas que decir. Pero volvamos al tema. Que gracias a ti me siento segura. Me quiero algo más, y veo que las cosas mejoran. Que aunque te creas que no puedes con mis problemas, eres el mejor remedio. Te cuento las cosas, y parecen menos malas. Porque siempre estás ahí. Con tus ojos alegres, tu andar saltarín, y tus palabras de ánimo. Con esa sonrisa que me alegra las mañanas. Porque cada vez que estoy de bajón, lo notas, o sin pensarlo me llamas o me mandas un sms, que no me espero, y que me alegra el día. O la noche. Que no sabes la de veces que, queriéndolo o no, me has echo feliz. Que eres demasiado importante para mi a estas alturas. Eres parte de este Alma Noctámbula. No se vivir sin ti. Ya no. Y no sé si es mucha responsabilidad para ti, pero aún así, me arriesgo, porque tenia que decírtelo. Que lo eres todo. Y que estoy aquí. Que no se si seré tan genial como tu para eso de ayudar, pero que sabes que estoy siempre aquí. A una llamada de ti. Que ojalá esto dure para siempre. Que te quiero. Y no poco precisamente. Y ya sabes lo que me cuesta a mi decir estas cosas, que soy de guardármelo todo, sea bueno o malo. Pero aquí lo tienes.
Gracias por todo.
Te quiero un mundo, dos, todos los que haya, y me faltan universos.
:)

miércoles, 28 de abril de 2010

Historias para no Sentir..

Despertó. Miro a su lado, y escucho la apenas perceptible respiración de su corazón, que todavía dormía.. Suspiró. Se levantó, y lo tapó con las sábanas. Caminó descalza hasta la cocina, y busco un tarro grande. Lo destapó, lo vació, y se sentó con las piernas cruzadas en el suelo. Cerró los ojos. Si alguien la hubiera visto en ese momento, habría pensado que estaba loca, sentada en el suelo, semidesnuda, y con un tarro entre las manos. Pero Ella sabía lo que hacía. Se estaba vaciando. Estaba guardando todos aquellos sentimientos que albergaba. Amor. Odio. Tristeza. Felicidad. Melancolía. Todo lo guardó en ese bote. Lo cerró, y lo escondió. Pasaron los días, las semanas, los meses y los años. Vivió tranquila, sin preocuparse nunca por aquellas molestas sensaciones que hacían volverse blandos al resto. Fría y altiva princesa de hielo en medio del desierto. Rodeada de gente, pero sola. Echaba algo de menos. Hasta que llegó El. La cogió de la mano, y no rehuyó el contacto físico, como solía hacer. La miró a los ojos, y no le devolvió una mirada desafiante, sino que bajó la mirada. La abrazó, y no quiso apartarse. Hizo bromas acerca de ella, y Ella, lejos de enfadarse, o hacérselas pagar, rió divertida. Antaño se habría asustado: ¿me iré a enamorar?. Pero ahora no, estaba tranquila, pues sus sentimientos estaban a buen recaudo, en un bote cuyo paradero desconocía, pues había olvidado el lugar donde lo ocultó. Llegó a casa después de una tarde con El. Estaba llena de energía. Puso la música, Su música, a tope, y comenzó a bailar. A gritar. A saltar. Giró sobre si misma hasta perder el control, y cuando cayó al suelo, borracha de adrenalina, lo descubrió con horror: El bote estaba en el suelo. Roto. Podía ver sus sentimientos, encerrados hacía tanto, elevarse en la habitación y acercarse hasta ella, como humo de colores tenues. Se recompuso como pudo, y haciendo acopio de fuerzas, se puso en pie, y recogió el bote. Empezó a notar que el hielo de su corazón se derretía, y que los sentimientos pujaban por ser los primeros en anidar en aquel árido corazón. Inseguridad. Optimismo. Felicidad. Celos. Nerviosismo. Ternura. Y uno por encima de todos, que parecía tener la cara de El por bandera. Alguien llamó a la puerta, sacándola de su ensoñación. Era El. Suspiró. Ahora empieza todo de nuevo, se dijo. Y haciendo de tripas corazón, abrió.

sábado, 10 de abril de 2010

..y con sobresaliente.

Dice una canción algo así como "aprende a sonreír aunque quieras llorar". Bien, llegados a estas alturas, no solo has aprendido a eso, ¿verdad?. No, que va. También has aprendido a mentir sin que se note: a ser capaz de hablar cuando las lágrimas atenazan tu garganta. A no llorar, bajo ningún concepto. A ser algo más fuerte. A decir que estas bien y a no sentirte mal cuando nadie se da cuenta de que mientes. Y aunque a veces tienes tu recaídas y lo sigues viendo todo negro, y crees que nada importa y que estás perdiendo las cosas que más te importan, al final agarras una tableta de chocolate, y con una sonrisa en la cara, decides que todo se arreglará. Y se arregla. Porque gracias a la gente de verdad, estás aprendiendo a ver el vaso algo más lleno, aunque a veces tengas tus malos ratos. Y esque si piensas que todo va a ir bien, todo va bien. O lo intentas. Porque aveces, por mucho que lo pienses, todo sigue mal, ¿verdad? Pero, y esto es lo que me asombra, tu sonries. Si, cielo, estás llendo por buen camino. Apruebas la asignatura de sobrevivir. Si hubiera un boletín con la asignatura de "Aprender a sonreir aunque quieras llorar", aprobarías.
Y con sobresaliente.

domingo, 21 de marzo de 2010

La casa de los fantasmas.

El sonido del motor apagándose. La puerta que se abre. El olor de la ciudad que te invade, trayendo recuerdos de veces pasadas. Las voces que se oyen desde la calle. La alegría que se empieza a notar en el ambiente. La puerta del portal, tan pesada como siempre. Las escaleras, viejas, entrañables.El olor del rellano: a familiar, a felicidad. El sonido de la puerta al abrirse, y el de los besos sinceros. El camino que podría recorrer con los ojos cerrados, guiándome por el olor de cada habitación. La sensación de tranquilidad. Las formas que sugieren recuerdos, la cama que me ha oído soñar. Las puertas que se han cerrado con suavidad en la noche, y las que se han abierto furtivamente. El salón, lleno de fantasmas que se niegan a ser olvidados, y que viven dentro de los que visitamos esta casa. Las miradas cálidas que me observan desde las paredes, y que ya no volverán a mirar a los ojos de ningún ser vivo. El mismo baño, que acoge las llamadas a horas intempestivas, mudo y cómplice. La sensación de seguridad, de que nada malo puede pasarme mientras esté ahí. Los mismos nervios cuando sé que va a llegar en diez minutos, el mismo beso rápido, nervioso. Pero cada vez una frase más larga, una mirada más intensa. Un roce más largo. Para luego irse, otra vez, y dejarme inventando sueños, lugares, momentos. Las mismas ganas de echarle de menos. Las mismas risas, distintas bromas. Los mismos abrazos sinceros y cálidos. Distintos libros, pero las mismas posturas. Distintos recuerdos para mi cabeza, pero la misma felicidad. El mismo viaje con música diferente. El olor de los buenos momentos. La fortaleza de los que luchan cuando otros ya estarían vencidos. La felicidad que siempre se respira en la casa de los fantasmas.

domingo, 7 de marzo de 2010

Búscame.

Camino a solas por la ciudad. Despacio, no tengo prisa. A mi alrededor, los ruidos se suceden; las voces desaparecen, los coches se acercan, los tacones lejanos repiquetean contra las baldosas rotas. Gente. Gente con prisa que no mira a los lados, que no se preocupa de nadie, que no piensa mas que en el tiempo que le queda. Gente que no entiendo. Yo, que no pienso en mañana, porque todavía me quedan 24 horas por delante para disfrutar. Yo que soy feliz cuando veo a un desconocido sonreír sin motivo. Yo que me emociono con una canción y que sueño despierta si veo nevar. Yo que adoro las tardes de espera sentada en un banco. Yo que me duermo mirando la luna. Yo que vivo de emociones y me alimento de ilusiones. Yo veo demasiada gente sin sueños. Gente que en su día no quiso aprender a volar, y que por eso ahora ni siquiera puede despegar los pies del suelo. Gente que vive anclada en sus grises edificios, y que no levanta la vista mas que para ver un día también gris, y contaminado. Gente cuya única verdad es la lógica, o en su defecto, lo que le han impuesto. Gente con un espíritu gris, aburrido y programado. No caeré en esa rutina. Cuando la noche caiga, búscame. Estaré el el mismo banco, contando las mismas estrellas de todas las noches. Búscame, y volaremos juntos hasta mi mundo, que está pintado con acuarelas, y en el que el sol brilla día si, día también. Y en el que la luna esta siempre llena. Búscame, y escapémonos.

jueves, 4 de marzo de 2010

Vamos.

Cógeme a caballito otra vez. Salgamos por la noche. Pero muy de noche, ¿eh? Cuando todos duerman. Y que haya luna. Una luna grande y brillante. Da igual que llueva. Es más, mejor. Que llueva. Quiero mojarme el pelo, la cara, y que las gotas resbalen por mis pestañas, y no sepas si es que solo llueve o si estoy llorando de felicidad. Quiero que pasemos por debajo de todas las escaleras que haya en la calle. Que rompamos todos los espejos que podamos. Que abramos en mi cuarto todos los paraguas que encontremos. Quiero ver un millón de gatos negros pasando por delante nuestro. Y que juguemos a llenar de sal la mesa de la cocina, la del comedor, y la de tu habitación. Quiero pintar un 13 en tu espalda, y que pintes tu otro en la mia. Quiero que apostemos a la carta que menos posibilidades tenga. Quiero sonreir a tu lado, y que nos riamos en la cara de la mala suerte. Porque cuando se me mete algo en la cabeza, Ni ella ni nadie consigue hacerme cambiar de opinion. He decidido que voy a perseguirlo asta que lo consiga. Y últimamente se me ha metido en la cabeza ser feliz..

martes, 2 de marzo de 2010

Ya no duele.

Todas las cosas que ayer me hacían llorar. Ya me dan igual. Todas las risas falsas, y los abrazos de mentira. No me duelen. Porque he aprendido que hay sonrisas que salen desde el interior, y abrazos que transmiten el calor de un sentimiento. Porque hay te quieros que suenan mas sin pronunciarlos, y llenan mas que los dichos por decir. Porque la gente de verdad, hace las cosas de verdad, no por aparentar. Porque he decidido pintar mi cuadro para mi, no para que guste al resto. Porque voy a utilizar mis colores favoritos, no los que ellos digan que quedan bien. Porque esto es cosa mia, no suya.
Gracias, Profesor particular! ;)

miércoles, 10 de febrero de 2010

Perfección.

Concentración. Ternura y firmeza en los movimientos. Suavidad y decisión. Presión. Pasión. Levantas la mano con suavidad. Repasas los movimientos anteriores: desde tus pies, perfectamente alineados, hasta tu cadera, totalmente recta, y perpendicular al suelo. La espalda recta,y el cuerpo ligeramente inclinado hacia adelante, nunca hacia atrás. Cabeza girada, mirando atentamente al objetivo. Nunca pierdes esa visión. Es lo unico que importa. Tienes el brazo deracho tenso. Sientes la presión en todos los musculos, y la sangre golpeando cada vena que surca tu brazo. Llevas la otra mano hacia tu cara, tensando la cuerda. Como una leve caricia, la colocas bajo tu mentón. Tiras un poco mas, haciendo fuerza con la espalda, nunca con los hombros. De repente, la cuerda deja de tocar tus dedos, y la flecha sale disparada hacia su objetivo; la diana. A su vez, la mano que antes la sujetaba se ha colocado lentamente sobre tu nuca.
No sabes donde ha impactado la flecha, da lo mismo.
Lo has sentido, has sentido la fuerza del arco al perder el contacto, el brazo manteniendo la posición. Lo has logrado y sientes que el orgullo te invade. Sonries.
Ninguna sensación es equiparable a la de un tiro perfecto.

martes, 9 de febrero de 2010

La chica de los ojos de caleidoscopio. :)

Imagínate en una barca, en un río. Con árboles de mandarinas y cielos de mermelada. Alguien te llama, tú respondes lentamente: Una chica con ojos de calidoscopio.. Flores de celofán amarillas y verdes se elevan sobre tu cabeza. Buscas a la chica con el sol en los ojos, pero se ha ido..
La sigues hasta un puente junto a una fuente donde gente en caballitos come pasteles de malvavisco. Todos sonríen mientras pasas frente a las flores que crecen increíblemente altas. Taxis de periódico aparecen en la orilla, esperando para llevarte. Subes al asiento trasero con la cabeza en las nubes.. Y te has ido
Imagínate en un tren en una estación: Con chicos de plastilina con corbatas de espejo. De pronto hay alguien en el torniquete.
La chica con los ojos de calidoscopio..


..

Muchas veces ni siquiera se que por donde empezar, ni siquiera se si tengo algo que contar. Y sin venir a cuento y sin saber lo que hago, siento que se me eriza la piel, y que algo nuevo ocurre. No se el qué. Pero lo mejor es que me da igual, que sea lo que sea lo espero aquí, con una sonrisa en los labios, que hoy me ha dado por ser feliz. Así que se me dibuja una sonrisa en la cara, así, porque si. Y se me vuelve a erizar la piel. Y tarareo canciones que ni siquiera conocía. Y me da por sonreír. Y es uno de esos momentos en los que solo estamos mi felicidad, la canción que estoy escuchando, mis recuerdos y yo. Y es que me parece que le estoy cogiendo gusto a esto de ser feliz..

sábado, 6 de febrero de 2010

Felicidades.

Felices dieciséis, Roberto.
Y bueno, vas a cansarte de oírlo / leerlo, pero..
Gracias!
Gracias por todo;
Por hacerme sonreír, por alegrarme el día, aun cuando no sabes que lo haces. Por darme esas dosis de optimismo que me falta, por decirme cosas bonitas que no vienen a cuento, y que me alegran el día, por ser como eres. Por sonreír cuando sonrío yo. Por trabarte cuando no te salen las palabras. Por tus chistes malos, y tus chistes buenos. Por ser mi chófer oficial. Por las tardes de jardín, y las tardes de escalera. Por importarme tanto que a las dos de la mañana, aunque tenga sueño, quiera dedicarte esto. Por sacar lo mejor de mi. Por visitar esto tantas veces. Por tus comentarios. Por todo. Por pensar en mi cuando te pasa algo. Por regalarme libros, y rosas. Por dedicarme tu tiempo. Por hacerme sentir importante. Por intentar ayudar siempre que puedes. Por ser tan encantador, tan genial y tan todo. Por ver siempre mi botella medio llena, e intentar que yo también la vea así. Por hacer que me quede sin palabras para describirte. Por hacer cosas por mi que nadie se había molestado en hacer nunca. Por ser siempre sincero. Por escucharme. Por entenderme.
Por ser como eres.
De verdad, Rober, eres genial.
Y no sabes lo importante que eres para esta pequeña pesimista, que por mucho que te lo intente explicar, no se como hacértelo entender.
Que eres gran parte de mi TODO.
Y que me haces feliz, aunque no lo sepas, aunque no te lo diga. Yo me cruzo contigo, te veo sonreír, y soy feliz. Que lo sepas.
Y cuando me dices que te importo, soy mas feliz aún. Solo que como es un sentimiento al que no estoy excesivamente acostumbrada, no se como demostrártelo. Y es que soy algo bipolar: tan pronto te taladro la mejilla y te rompo las costillas de un abrazo, como me quedo bloqueada. Pero lo superaré. Digievolucionaré, te lo prometo. Y si tengo que sonreír mas, para que veas que me haces feliz, ¡sonreiré!.
Te quiero, cumpleañero! =)

Por ser como eres.

jueves, 4 de febrero de 2010

Carta Para el Alma Noctámbula.

Querida Alma Noctámbula:
Hace mucho que no hablamos. Últimamente te noto mas animada, mas contenta. Me parece bien. Me gusta verte sonreir, se te alegran los ojos.. Pero también veo que a veces te me deprimes, pequeña.. Que te duelen las cosas, y que sientes que a veces esto es demasiado para ti. Que no puedes con todo. Pero sabes que es mentira. Las dos lo sabemos. Y que aunque estas harta de la gente que te falla, no puedes hundirte por eso: piensa en las cosas buenas, que las hay. Y deja de lado tu pesimismo, ¿vale? que llevamos con el desde que nacimos,chica, no sé, igual va siendo hora de hacer caso a Roberto, y ser mas optimista.. Que a veces necesitas unas palabras de ánimo y nadie te las da, ya lo se, pero no puedes estar siempre detrás del resto, modificando tu vida según ellos, ¿no? ¡ Toma tu las riendas de tu destino y pinta de colores tu vida, pequeña, que ya tendrás tiempo de borrarlos mas tarde, y de tener que hacer caso al resto!
De todas formas, estoy orgullosa de ti:
Cada vez ríes mas, y lloras menos todavía. Vas aprendiendo a ver lo bueno de las cosas, por pequeñas que sean, y eso me encanta, ¡estas aprendiendo a ser feliz! Aunque te siga dando miedo a veces, pero se que lo vas a conseguir, que vas a ser capaz de ello.
También estas aprendiendo a no hacer caso de lo que digan los demás, a escuchar solo las opiniones de las cuatro personas que te importan de verdad, y las que sabes que merecen la pena.
Y te estás encontrando con gente que te entiende, que siente y piensa como tu, y que te hace feliz, ¿no?, pues disfrútalo.
Y cuando te entren esos ataques de rabia que te dan, enciérrate en la habitación, ponte los cascos y pégale patadas a la almohada, que no se queja. Pero sacalo. Y luego quédate a gusto. Y vuelve a sonreir. Sonrie mucho,¡ siempre!, ¡a todas horas! ¡y a todo el mundo!
Levantate y sonrie, que la gente se pregunte el porqué, da igual.
Pero se feliz, pequeña, que te lo mereces.
Y disfruta el dia a dia, no adelantes acontecimientos.
Y lo que tenga que ser, será, y aqui estaremos, esperandolo, tumbadas, con el desayuno en la cama y la musica a tope.
Y sonriendo.
Cuidate.

att: Tu subconsciente.


jueves, 21 de enero de 2010

Me encanta..

Que las zapatillas estén calentitas cuando me las pongo. La luna, ya sea creciente, llena o menguante, eso es lo de menos. Encontrar a alguien capaz de aguantarme una conversación entera. Las llamadas inesperadas a horarios intempestivos, de gente que dice que te echa de menos. Los gestos pequeños y sinceros que te arrancan una sonrisa. Las buenas noticias. Los "te quiero" dichos con el corazón, no solo con la boca. Ver nevar, en invierno. Que haga sol, el resto del año. Besar y ser besada. Loa abrazos dados sin que los pida. El tacto de unos vaqueros ajenos. El olor de la ropa "robada". El color negro. Las canciones que me hacen sentir. Ver una sonrisa en un rostro que quiero. El calor de un abrazo de verdad. Dibujar sentimientos en cualquier lugar. Acabar con mis pequeños e incómodos temores. Sentir ese hormigueo en el estómago. La leche fria con cereales. Que suene el despertador, apagarlo, y dormirme otros 10 minutos. Que alguien me recuerde que le importo. Sentir que algun dia me comeré el mundo. No necesitar escaleras para tocar las estrellas. Sonreir.
Por el contrario, odio que llueva cuando estoy de mal humor. A la gente falsa. Las espinacas. La leche caliente con colacao. Las personas que hablan sin tener ni idea de lo que dicen. Las alcachofas. El excesivo orgullo, y el querer siempre tener la razón. La falta de personalidad, y la gente que cambia sin avisar.
¿Ves? Es mas fácil hacerme sonreir que arruinarme el dia..

miércoles, 6 de enero de 2010

Que no.


Que no, coño. Que no quiero. Que eso de ser feliz esta muy bien. Pero yo no estoy preparada para esto. Que no. Que no estoy preparada para echarte de menos. Ni para necesitar que me digas que tu si que me echas de menos. Ni para tener miedo a perderte, porque ni siquiera sé si te tengo. Ni si quiero tenerte. Porque me conozco, y se como va a acabar esto: yo totalmente idiota, y tu como siempre. Que no. Que es el mismo cuento de siempre, en el que no hay ni príncipes ni princesas, y en el que al final de la historia solo quedamos Soledad y yo. Que no. Que no quiero mirar el móvil cada dos segundos, para ver si ya tienes saldo y me has mandado un mensaje. Ni pensar en ti cada dos minutos. Ni dejarlo todo en cuanto me digas cualquier cosa. Que no. ¡Que no me da la gana ser tan predecible!. Ni perder la capacidad de pensar fríamente. Que no. Que no quiero que me importes.
Y sin embargo, inevitablemente, lo haces.

sábado, 2 de enero de 2010

Felicidad..

Y a la tenue luz de una vela, Ella hace balance de lo ocurrido en todo este tiempo.. Ha reido, y ha llorado. Ha disfrutado y ha sufrido. Ha ganado y ha perdido. Ha buscado y a encontrado. Ha arriesgado y ha perdido. Ha apostado y ha ganado. Ha enamorado y la han enamorado. Ha tropezado y se ha caido. Ha encontrado apoyos y se ha levantado. Ha encontrado diversion en unos brazos y dulzura en otros labios. Ha saboreado la amargura de alguna traición. Ha curado sus heridas con la compañia de Soledad. La balanza de las cosas buenas y las malas está mas o menos equilibrada en su vida. Pero a Ella eso no la vale. Quiere mas. Quiere que las cosas buenas pesen tanto que el platillo de cosas malas roce las nubes. Quiere sonreir 365 dias al año y llorar solo de risa. Quiere dejar atrás sus miedos. Quiere que incluso morder un limón la resulte dulce. Y lo mas importante: sabe como hacerlo. Porque rebuscando el los cajones de su mente, ha encontrado la solución. Ella ha comprendido que no hace falta irse al otro confín del mundo para encontrar la felicidad, sino que tal vez este escondida a la vuelta de la esquina. Y soplando suavemente, apaga la luz de la vela, mientras la primera sonrisa del año ilumina la noche.